Puse los cinco sentidos en analizar el por qué de mi escritura, como si fuese fácil saberlo, como si quisiese explicar algo intrínseco, para alguien que desea algo más comercial, un autor de renombre.
Como si me importase, yo tampoco lo sabía, quizás una vocación interna, como si la historia me escribiese a mí y no a la inversa.
Queriendo escribir la originalidad en mayúsculas me topé con dificultades, pero regué con mi agua los jardines literarios para que creciesen.
¿Por qué hablas de ti?
Si apenas te conozco.
No me hace falta hacer una encuesta, ni ningún análisis dafo para conocer los gustos de la trupe, no escribo por ti, llámalo amor al arte.
Posiblemente sea una carta sin destinatario, pero escribiendo obras me gano el respeto de mis patos de charca, ya sé que no me gano el pan en el lago de los Cisnes, pero con la caja de música tengo feeling.
Querían ser libres componiendo para los demás, yo las publico en mi blog, pero las hago como yo deseo.
Sino cumples tus deseos, ni tu dinero, ni tu ¡phone, ni tus lacoste, te harán feliz, algunos escritores son productos de sus ventas.
Yo del arte no como, porque soy un mantenido, yo solo bebo del contenido que faltan en algunos libros. ¿Te crees mejor por ser underground?
No, es que no tengo precio, podrán alguna vez pagarme por mis escritos, aunque lo dudo, pero siempre escribiré lo que yo quiera, y de eso estoy seguro.
El arte sufre una crisis existencial, a muchos les da igual, pero yo la intento sanar, aunque sea un drogadicto, me inyecto dosis de letras y me da que será imposible dejarlo.
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